La vida es una ilusión es la perspectiva de un hombre de treinta y tantos años preguntándose «¿qué estoy persiguiendo?» Nuestra sociedad se ha convertido en una sociedad de consumo, si no de exceso. El éxito está determinado por lo que y cuánto tenemos y «cosas» se convierte en la venda de una existencia sin sentido. Las cosas llenan el vacío de la existencia que no estamos destinados a llevar.